Bronquiolitis, hospitalizaciones y políticas públicas: cuidar es el camino

En un contexto donde el debate político se enreda en disputas y divisiones, urge redirigir la atención hacia los temas que afectan directamente la vida de nuestras comunidades. Uno de ellos, silencioso pero de enorme impacto, es la prevención de enfermedades respiratorias en la infancia. Particularmente, aquellas causadas por el Virus Sincicial Respiratorio (VSR).
El VSR y su impacto en la salud infantil
El VSR es la principal causa de infecciones respiratorias agudas bajas, como bronquiolitis y neumonía, en lactantes y niños pequeños. En Argentina, se estima que provoca entre 250.000 y 300.000 infecciones al año en lactantes, siendo la principal causa de internaciones por bronquiolitis y neumonía, con un promedio de edad de hospitalización entre los 6 y 7 meses. Estos datos evidencian su peso en la salud infantil y en el sistema sanitario.
Durante 2023, la incidencia de bronquiolitis en menores de 1 año alcanzó al 20% de la población, con un inicio temprano de la circulación del virus que sobrecargó la demanda en los servicios de salud.
Avances en la prevención: vacunación materna y anticuerpos monoclonales
En respuesta a esta situación, Argentina ha tomado decisiones clave. Desde marzo de 2024, el Ministerio de Salud incorporó al Calendario Nacional de Vacunación una vacuna contra el VSR destinada a mujeres embarazadas entre las semanas 32 y 36 de gestación, durante la época de circulación viral. Esta vacuna permite que el bebé reciba anticuerpos protectores a través de la placenta, protegiéndolo durante sus primeros seis meses de vida: el período de mayor vulnerabilidad.
Además, está disponible el anticuerpo monoclonal inyectable Nirsevimab, que demostró en ensayos clínicos una reducción del 83% en las hospitalizaciones por infecciones respiratorias graves. Se aplica principalmente a recién nacidos y a niños de hasta 24 meses con condiciones de salud de base.
Priorizar la salud pública por sobre la confrontación
Estos avances científicos representan una oportunidad concreta para mejorar la salud infantil en Argentina. Pero para que su implementación sea efectiva, se necesita voluntad política, inversión sostenida y un compromiso que supere las disputas ideológicas.
Es urgente que las discusiones políticas se enfoquen en cómo garantizar el acceso equitativo a estas herramientas, cómo fortalecer los servicios de salud y cómo comunicar a la población su importancia.
La salud de nuestros niños y niñas no puede ser rehén del enfrentamiento político. Protegerlos debería ser un piso de acuerdo básico, un punto de partida para construir un presente más justo y un futuro más saludable.
Alejandra Sánchez Cabezas
Directora Estratégica de Surcos
Referencias

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